La Plataforma por la Movilidad Sostenible hace un repaso de los carriles-bici de Elche y Alicante «Son escasos o nulos, inconexos, mal diseñados, poco mantenidos y peligrosos para los ciclistas»
La protección del medio ambiente ha logrado, tras años de insistencia por parte de los grupos ecologistas, formar parte de la agenda política. Ya no resulta extraño oír a dirigentes y autoridades mundiales tratar estos asuntos, aunque parece que después les resulta más complicado de lo esperado poner en práctica lo dicho.
A nivel municipal, el Tratado de Kioto puede sonar demasiado complicado y lejano, pero pequeñas acciones como la instalación de carriles-bici están al alcance de cualquier ayuntamiento y resulta, además de muy beneficioso para la salud y el bolsillo de los ciudadanos, un gran paso para la conservación de la naturaleza.
En Alicante y Elche, la Plataforma por la Movilidad Sostenible (PMS) lleva años solicitando la creación de estas infraestructuras. Como explica una de las integrantes de la asociación, Carmina Gisbert, «hay muy pocos carriles-bici, mal estructurados, diseñados y de mantenimiento nulo, con bordillos de aceras imposibles o trapas de alcantarillas por todos lados, muchos acaban de repente y otros no llevan a ningún sitio. Eso, cuando los hay».
Sin embargo, Gisbert asegura que la instalación de carriles-bici «no es la panacea» y propone otro tipo de actuaciones que también contribuyen a aminorar la polución y favorecen la movilidad de los ciudadanos. «Para empezar, hay que mejorar el transporte público -abaratarlo, aumentar su frecuencia y ampliar su trayecto-, crear más zonas 30 para que los vehículos no circulen a más de 30 kilómetros por hora -evita accidentes mortales para los ciclistas y contamina menos- y, por último, emprender medidas de disuasión para que se coja menos el coche, como la prohibición de circular los días pares o impares por el centro, etcétera».
Acostumbrados a lidiar con el salvaje tráfico de la ciudad, los ciclistas se sienten especialmente dolidos cuando son las autoridades las que les complican la circulación.
«Nos duele que el Ayuntamiento de Alicante presente un Plan General de Ordenación Urbana con un entramado de carriles-bici de ensueño y que, en letra pequeña, indique ‘sin eficacia normativa’; o que tras tanto luchar por la construcción de un carril-bici en la avenida de Denia, se esté haciendo una chapuza que para nada servirá luego, con bordillos imposibles y cortes continuos; o que el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Elche -según el tramo- digan que han creado carriles-bici en la Vía Parque de Alicante a Elche cuando, en realidad, se han limitado a usar sumideros, acequias y recolectores de agua paralelos a la autovía que, como es normal, son inaccesibles cuando llueve, o que de repente, se cortan en las múltiples rotondas», lamenta Gisbert.
En Elche, como manifiesta otro de los integrantes de PMS en esa ciudad, Jeroni Rico, los principales problemas son: «La falta de señalización vertical para darle presencia a la zona 30, la imposición de aparcabicis inútiles -son en forma de rizo y así sólo se puede enganchar la rueda, con lo que se puede robar la bici muy fácilmente-, y la necesidad de mejorar los carriles existentes como los de la Vía Parque o el de la avenida del Ferrocarril -que quita espacio al viandante en lugar de a la carretera- y la creación de nuevos carriles-bici, como a la altura de la Universidad».
Vía | laverdad.es