El Gobierno da vía libre a la modernización y mejora de los regadíos de San Enrique

El BOE publica la resolución de la secretaría de Estado de Cambio Climático aprobando el estudio de impacto ambiental

Teniendo en cuenta todo ello, y a propuesta de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, resuelve de acuerdo con la evaluación de impacto ambiental practicada según la Sección 2.ª del capítulo II, artículos 16 y 17, y el análisis realizado con los criterios del Anexo III del texto refundido de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental de proyectos, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2008, no es previsible que el proyecto Obras urgentes de mejora y modernización de los regadíos de la Sociedad Agraria de Transformación San Enrique en término municipal de Elche (Alicante), cumpliendo los requisitos ambientales que se desprenden de la presente resolución, vaya a producir impactos adversos significativos».

Es parte de la resolución de 3 de noviembre de 2011, de la secretaría de Estado de Cambio Climático, publicada ayer por el BOE, sobre la evaluación de impacto ambiental del proyecto ‘Obras urgentes de mejora y modernización de los regadíos de la Sociedad Agraria de Transformación San Enrique, en el término municipal de Elche’. Algo que les responsables de la SAT ilicitana estaban aguardando, porque representa el impulso definitivo para que un proyecto que comprende la mejora y modernización de 670 hectáreas de regadío. En total se adecuarán 832 parcelas de riego en una actuación promovida por la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), de la Meseta Sur, y la dirección general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino.
Ahorro
El proyecto, como explicó el presidente San Enrique, Ángel Urbina, representa la conexión de todo el margen derecho del Vinalopó, «desde Aspe hasta el mismo borde del Parque Municipal».
Con las mejoras que se introducirán en el sistema de riego en el norte del campo de Elche, zona que abarca el proyecto, se espera un ahorro de casi 2 hectómetros cúbicos como al año como se explica en la Resolución.
Durante la fase de construcción se efectuaran dos cruces del Barranco de los Arcos, siendo una obra de «muy pequeña duración», y se localizará en el margen de los caminos, por lo que se considera que el impacto sobre las aguas superficiales durante la construcción es no significativo. No se prevén impactos durante la fase de explotación del proyecto.
Durante la fase de construcción no se prevén impactos sobre las aguas subterráneas, en la fase de explotación, teniendo en cuenta que en la actualidad, según los datos aportados, el área a regar está infradotada en caudales de riego. Ello se traduce en que no existe percolación a niveles profundos -en ninguna situación sobrepasa los 2 metros de profundidad-, por lo que el cambio propuesto en el modo de riego no se prevé que produzca impactos significativos en la evolución piezométrica de las aguas subterráneas.
No obstante, como se indica en la Resolución de la secretaría de Estado de Cambio Climático, para minimizar el impacto sobre las aguas subterráneas no se modificará el trazado actual de acequias y azarbes por el que discurren las aguas pluviales con el fin de que estos aportes sigan discurriendo de manera canalizada hacia las zonas topográficamente más bajas.
Por otra parte la posibilidad de administrar de manera más adecuada los fitosanitarios y/o herbicidas, supondrá una mejora en la calidad de dichas aguas subterráneas al reducirse el porcentaje de lixiviado, por lo que, en definitiva, y como se contempla en dicha Resolución, «el impacto sobre la masa de agua subterránea durante la fase de explotación se considera positivo».
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