La “invención” del paisaje local por parte de los intelectuales ilicitanos de finales del siglo XIX y principios del XX es uno de los hechos destacados que facilitan y propician que Elche logre tener una “identidad diferente” en la que se conforma el paisaje de las palmeras y el Palmeral como elemento estético interior y exterior. Así se recoge en la tesis doctoral del ilicitano Mariano Monge Juarez que lleva por título “Elche, ciudad contemporánea (1884-1903). Del proyecto oligárquico a la respuesta obrera”.
DOMINGO LÓPEZ
Este trabajo de 850 páginas estuvo dirigido por José Miguel Santacreu Soler, profesor titular de Historia Contemporánea De la Universidad de Alicante y con él su autor obtuvo un sobresaliente “cum laude” tras su presentación y exposición, según aseguraba a este diario.
Según Monge, a esta recuperación de las palmeras como seña de identidad de Elche “se suma la presencia de la Dama como otro elemento identitario definitivo, además de la refuncionalización del Misteri”. Son momentos claves en la configuración de una nueva ciudad. “El Palmeral adquiere todo su color. Hasta entonces se habían talado palmeras sin cesar y probablemente el 80% del antiguo Palmeral de Elche estaba ya destruido. Hay pintores, como Jaime Lafuente, el pintor del paisaje ilicitano por excelencia, que pone en valor las palmeras. También aparece el fotógrafo creativo Hermógenes Esquembre. Es la época de Andrés Tarí como alcalde de esta ciudad”, comenta el autor.
Mariano Monge manifiesta que la llegada del ferrocarril a la ciudad es, sin lugar a dudas, “un factor de transformación. Elche experimenta un proceso de cambio, se activa la industria y la ciudad entra a formar parte de las redes internacionales del capital y la cultura. El tren transforma la ciudad, pero no la dividió porque entonces los barrios de Carrús y El Toscar no existían. Sólo teníamos el Palmeral y la zona centro. La ciudad consiguió desembarazarse del estancamiento que sufría desde finales del siglo XVIII y supera los 24.000 habitantes”, señala
Urbanismo
En este contexto, otro hecho no menos relevante para el devenir de la ciudad, según puntualiza Mariano Monge, es lo que él califica como el “primer pelotazo inmobiliario” en Elche, que estuvo directamente relacionado con el ferrocarril y la apertura de la avenida conocida con el nombre de paseo de la Estación. “José Gómez Aznar, un notario y cacique de la ciudad, era propietario de terrenos que colindaban con el paseo de la Estación, que abrió la ciudad a terrenos que entonces eran agrícolas, como la calle Albéniz”, explica.
Asimismo, el autor también cita en su trabajo al “marqués del Bosch, que tenía terrenos administrados por Gómez Aznar y que resultó igualmente beneficiado. Este paseo le dio una nueva orientación a la ciudad. Fue una revolución, ya que con ello se justifica que los huertos de la Virgen se conviertan en lo que ahora es el Parque Municipal”, afirma.
Yute y granadas en tren
El tren, según Monge, trae el yute para la industria manufacturera y en el tren se envían granadas de Elche a otros lugares. En 1886 se inaugura la Caja de Ahorros de Elche, una iniciativa de la oligarquía ilicitana, pero un año antes aparece el germen del primer sindicato local con el Centro Obrero Ilicitano (COI) que, en realidad, era un sindicato interclasista donde hay patrones y obreros. La ciudad se electrifica a partir de 1891 y aparece ya esta electrificación en la industria a principios del siglo XX, como también llega la primera línea de teléfono que se montó por parte de la familia Ferrández, la de la fábrica de lonas “La Ilicitana”.
El autor de la tesis doctoral señala que Elche “deja de ser ciudad rural para convertirse en ciudad urbana e industrial, aunque sin abandonar del todo su carácter agrícola. Es un momento en el que el Misteri alcanza una dimensión nacional e internacional. Aparece la historia local de Elche gracias a personas como los hermanos Aureliano y Pedro Ibarra y nos encaminamos hacia una ciudad posmoderna, más que nada por el estilo de vida. En 1902, por ejemplo, se comercializa el ventilador en Elche, que supuso un gran desahogo para las aparadoras y especialmente en una ciudad donde siempre ha hecho mucho calor”.
hechos históricos relevantes
Movimiento obrero y ausencia de una alta burguesía clásica
Mariano Monge destaca hechos relevantes, “como la gestación de la “ciudad roja” en el barrio de El Raval, la ciudad de los obreros, los sindicatos, el socialismo y la lucha de clases frente a la ciudad conservadora y de los empresarios. La huelga de los alpargateros de 1903 paralizó la ciudad y dotó a Elche de una gran identidad política y social”, indica.
No menos relevante fue la epidemia de cólera de 1884, algo que “sirvió para estimular el asociacionismo de clases y que modifica el urbanismo de la ciudad enfocado a proteger la salud pública. Se organiza el primer servicio de recogida de basura y surge la plaza de la Glorieta como espacio abierto y de oxigenación de Elche”, indica Monge.
El autor asegura que en Elche las oligarquías industriales, al contrario que en otras ciudades, “no han sobrevivido mucho y en parte eso ha perjudicado a la ciudad. En Elche no hemos sido capaces de mantener, salvo con la excepción de Heliodoro Vidal, una burguesía alta y clásica. No ha habido continuidad y las empresas de familias burguesas han ido deshaciendo. Pero, surgió la clase médica ilicitana, muy importante y que ha sido el germen de una burguesía más inquieta e influyente”.
Diario “Información”, 21-12-11