El impacto estimado en los informes ambientales previos a la concesión de licencias de parques eólicos no se corresponde con las cifras reales de mortalidad de aves. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que ha sido publicado en el último número de la revista Journal of Applied Ecology. La investigación sugiere que las administraciones públicas podrían haber estado concediendo permisos de construcción de parques de aerogeneradores basándose en criterios erróneos.

 

 

“Este trabajo demuestra por primera vez que la metodología para estimar el impacto de los parques eólicos empleada en España, que es similar a la de Europa y Estados Unidos, es inadecuada””, señala Miguel Ferrer, investigador del CSIC de la Estación Biológica de Doñana

La investigación compara los datos recopilados durante tres años en 20 parques eólicos con las cifras estimadas para estas instalaciones en el estudio de impacto ambiental previo a su construcción, así como con otros 33 proyectos de campos eólicos que no obtuvieron la aprobación por parte de la Administración. Todos los emplazamientos estudiados se situaban en la región andaluza de Tarifa.

En la actualida, los estudios de impacto previos a la construcción se hacen midiendo los parámetros del parque eólico, que suele tener más de 20 turbinas, como conjunto. Sin embargo, los resultados de la investigación demuestran que la cifra de mortalidad de aves y su distribución varía mucho entre turbinas contiguas, ya que las corrientes de viento y la orografía de la zona determinan el comportamiento de las aves.

Por ello, los investigadores proponen en este estudio que la evaluación y la autorización para el emplazamiento de los futuros parques eólicos se base en el análisis de los parámetros de cada aerogenerador de forma individual y no en el conjunto del parque. Además, la investigación sugiere el uso de tecnologías, como las simulaciones previas en túneles de viento, que permitan incrementar la calidad de las estimaciones de riesgo, para poder compatibilizar la generación de energía no contaminante y la conservación de la biodiversidad.

Los parques eólicos generan poca o ninguna contaminación. Sin embargo, uno de sus principales impactos adversos es la mortalidad de aves por colisiones con los rotores de las turbinas.

“En este trabajo comparamos los datos que constan en los estudios de impacto ambiental con los choques de pájaros por turbina y año en cada uno de los 20 parques construidos y vimos que apenas había correlación entre unas cifras y otras”, comenta Ferrer

Según esta investigación, la mortalidad de las aves varía mucho de un parque a otro y algunas especies se ven más afectadas que otras. En concreto, la tasa de rapaces estrelladas contra las turbinas fue la más alta de las registradas hasta el momento para este tipo de aves. La especie que más víctimas reportó fue el buitre leonado, con un 23% de las muertes.

 

www.blogdemedioambiente.com