La Estación Phoenix advierte que el picudo rojo está más extendido que en el 2005

La amenaza sobre el Palmeral histórico vuelve a ser «preocupante» El director de los laboratorios ilicitanos pide un protocolo de actuación.

Septiembre del 2005. El primer caso de palmeras afectadas por el picudo rojo aparece en una finca particular de la pedanía ilicitana de Valverde. En un principio da la impresión de que puede controlarse con relativa facilidad, porque se trata de pocos ejemplares. Todo cambiará el 6 de octubre cuando la plaga deje constancia de su presencia en una plantación de más de tres mil palmeras en la pedanía de Daimés. A partir de ese momento la estrategia cambia habida cuenta la magnitud que estaba tomando la incidencia del insecto en el palmeral ilicitano.

Se empezaron a destruir las palmeras, entonces considerado como el método más eficaz para evitar la propagación de la plaga, y se fumigaron los huertos de los alrededores a modo de prevención. La lucha en el término municipal ilicitano se intensificó como consecuencia de la aparición de dos focos más en una plantación ubicada en la pedanía de Matola y en un grupo de palmeras localizadas en Las Bayas, dentro del área de especial vigilancia del que se había declarado en Daimés.

En apenas un año se destruyeron 3.659 palmeras en el término municipal ilicitano. Más de tres mil sólo la pedanía de Daimés, mientras que el resto se localizaron y destruyeron en Valverde (548), Matola (70), Las Bayas (17), y en el cuartel de la Guardia Civil. Aunque han ido surgiendo nuevos ejemplares afectados alrededor de los focos declarados, daba la impresión de que el número iba decreciendo.

Ejemplares
Septiembre del 2009. Cuatro años después de detectarse el primer caso, la plaga del picudo rojo «está más extendida en el Campo de Elche que en el 2005. Cada vez aparecen más palmeras infestadas de nuevo». Así lo asegura el director de la Estación Phoenix, Michel Ferry. De hecho, incluso se han recogido ejemplares de picudo en las inmediaciones de la ciudad, cada vez más cerca del palmeral histórico. Aislados, sí, pero dada su capacidad de vuelo nadie puede descartar que alguno haya podido infestar algún ejemplar cercano. Por el momento, oficialmente no se han detectado palmeras infestadas en el casco urbano, salvo las del antiguo cuartel de la Guardia Civil. El pasado mes de marzo se localizó un ejemplar afectado de la variedad canaria, en la pedanía de El Altet.

Pero Michel Ferry entiende que la situación vuelve a ser «preocupante porque la amenaza sobre el Palmeral histórico de Elche se está extendiendo».

Y eso que, como reconoce el investigador, «el Ayuntamiento está haciendo todo lo que puede para luchar contra el picudo». De hecho, está abierto un invernadero fitosanitariamente seguro junto al Pont del Bimil.lenari que pondrá a unas diez mil palmeras a salvo del picudo. Las instalaciones están cerradas con mallas vectoriales que sólo permiten entrar la luz y el agua.

Lo que pasa, como indicó el responsable de la Estación Phoenix, «es que en el campo quien se encarga de las labores de control es la conselleria de Agricultura, y no está haciendo nada cuando lo que se precisa es un protocolo de actuación urgente. Hay un nuevo decreto sobre la plaga en el que vienen trabajando desde hace un año, pero todavía no se ha publicado. Ello motiva que muchos ayuntamientos tratan de poner en marcha como buenamente pueden alternativas para frenar el avance de la plaga, como es el método del control integrado viendo que está dando resultado».

Ferry recordó la situación por la que están pasando actualmente poblaciones como Sagunto o Castellón entre otras, donde los acontecimientos se han desbordado con cientos de palmeras afectadas por el insecto. «El término municipal de Elche, por fortuna, no tiene nada que ver, y lo que debemos evitar es que el picudo llegue al Palmeral histórico».

Para conseguirlo, como insiste, «agricultores, palmereros y técnicos necesitan que se ponga en marcha otra estrategia para frenar la plaga, dado que la que ha utilizado hasta ahora la conselleria de Agricultura ha fracasado. La prueba está en que el picudo rojo sigue presente no solo en la Comunidad Valenciana. Y no se trata de acostumbrarnos a convivir con la plaga sino a combatirla y acabar con ella. Sólo así conseguiremos salvar el Palmeral de una manera efectiva».

Vía | laverdad.es

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