De momento sólo ocupa una extensión de poco más de cien metros cuadrados, pero pronto podrían ser miles si no se ataja a tiempo. Y si se expande pueden transcurrir años hasta poder erradicar la “invasión” por completo. Es el cactus de Arizona. Una planta invasiva que acaba con cualquiera autóctona que tenga alrededor y que además inutiliza el espacio que ocupa para el paseo. Y ha aparecido en una de las zonas más emblemáticas del litoral de Torrevieja, en las proximidades de Cala Ferrís, a unos doscientos metros del mar y en una de las pinadas próximas al palmeral, que aparece protegido en el Plan General de Ordenación Urbana. Aunque se trata de una área muy frecuentada para pasear o acceder a la cala de Ferrís, los terrenos son de propiedad privada.
Vecinos de la zona alertaron ayer de la aparición de la planta invasora que además se propaga rápidamente porque se adhiere a cualquier cosa que la roce. Las púas o trozos del cactus se quedan pegados con gran facilidad en las prendas y zapatos y se traslada a otras zonas no afectadas. Esos esquejes se reproducen de forma instantánea en cualquier terreno seco. Lo cierto es que el foco no está situado en terreno en la que fuese difícil eliminarlo, aunque esas tareas hay que llevarlas a cabo con mucha precaución para evitar extender de forma involuntaria la planta.
La Concejalía de Medio Ambiente no tenía conocimiento de la aparición de la planta invasora pero indicó ayer que técnicos municipales acudirían a comprobar sobre el terreno la mancha localizada para evaluar si se puede actuar. La Conselleria de Medio Ambiente, por su parte, califica esta especie como la “planta exótica invasora más peligrosa de las que crecen en el medio terrestre”.
El cactus de Arizona procede del Desierto de Sonora (entre los Estados Unidos y México) y fue introducido en la Comunidad como planta ornamental para jardines. Tiene una gran capacidad de colonización de ambientes secos y áridos, como es el caso de Torrevieja.
La Generalitat cuenta con una brigada de erradicación de plantas invasoras que podría emplearse en este caso, invirtiendo escasos recursos puesto que la extensión es muy limitada y el porte de las plantas es mucho menor que en otras zonas afectadas por la plaga como es en Orihuela.
Y es que el foco más importante de la Comunidad Valenciana está el situado en la Sierra oriolana, contra el que se lucha desde hace más de diez años. De hecho, los citados vecinos especulaban con la posibilidad de que hubieran sido residentes de Orihuela ciudad -muchos de ellos veranean en la zona- los que de forma involuntaria han podido trasladar alguna púa que haya iniciado el proceso de colonización.
Sobre el paraje protegido de Ferrís ya se ciernen algunas otras amenazas. La primera es la urbanística, apaciguada por la crisis inmobiliaria y por la promesa municipal de no permitir ningún plan urbanístico que desvirtúe una de las imágenes más conocidas y turísticas del municipio.
El hecho de que la mayoría de los terrenos en los que está el palmeral sean de titularidad privada impide que se pueda actuar para conservarlo. Además sufre la presión humana que para acercarse a la zona de baño emplea vehículos particulares. Amenazas a las que se suman otras plagas como la del picudo rojo, que en este caso no ha llegado a las palmeras datileras del paraje.
Cientos de miles de euros y 13 años de “combate”
El cactus Arizona (Cylindropuntia rosea) es una pesadilla para el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Orihuela desde hace más de una década. Fue en 1999 cuando se dio la voz de alarma y se detectó la planta, ya extendida por zonas amplias de la Sierra de Orihuela, las más cercanas a la N-340 y al Palmeral. En aquel momento se aseguraba que la planta se había introducido 15 años antes por un particular que la plantó en su jardín para evitar robos.
Pese a varios intentos para eliminarla, la situación se deterioró al punto de que la Conselleria de Medio Ambiente prohibió en 2010 la escalada en varias paredes y caminos para realizar senderismo afectados para evitar su extensión. Sólo en el proyecto actual para erradicarlo, alimentado con fondos europeos, se están destinando 900.000 euros. Los trabajos que se han llevado a cabo en los últimos meses para eliminar la invasión pretenden ser los definitivos, pero en el caso de Orihuela la zona de extensión de la plaga hace que sea mucho más difícil contenerla. d. P.
Diario “Información”, 01-03-12