El tren Alsthom que hizo el primer trayecto del AVE Madrid Alicante se fabricó en 1992 y se reformó en 2009. Un detalle que no impidió al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmar que la nueva línea de alta velocidad es el “fruto de las ambiciones comunes y superación de dificultades”. El presidente valenciano, Alberto Fabra, lo presentó como “la punta de lanza de la recuperación económica”. Pero el tren de alta velocidad llega cargado (además de años) de incógnitas, y con más preguntas que respuestas. ¿Qué impacto real tendrá sobre el turismo? ¿Qué efecto económico? ¿Cuándo se hará el trayecto en menos de dos horas? ¿Qué conexiones directas tendrán los turistas para ir a Benidorm, Torrevieja o Santa Pola?
La estación de Villena, que costó 11 millones, está mal comunicada
Las consecuencias de la puesta en marcha de los 165 kilómetros de vías entre Albacete y Madrid, con una inversión de 1.920 millones de euros, lo que supone 11,6 millones por cada kilómetro, se conocerán con el paso del tiempo. Los empresarios se muestran contentos pero cautos. Alicante llega tarde a la red de ciudades conectadas al AVE y la clientela turística mayoritaria, tal y como dijo el presidente de los hoteleros de Benidorm, Antoni Mayor, viene en coche en el caso del turista nacional, y en avión, si son extranjeros. La presidenta de la Asociación Provincial de Hoteles, Cristina Rodes, admitió que “los tiempos no son ideales, pero si se recortan 50 minutos se potenciará al cliente nacional”. En la misma línea, José Enrique Garrigós, presidente de la Cámara de Comercio, insistió en que en cuatro meses “debemos de trabajar para que llegue más rápido”, y pidió que el tiempo de viaje fuera de 1,50 horas. Un estudio, encargado por la Generalitat, cifra en 70 millones de euros anuales y más de 700 empleos el impacto que el AVE tendrá en la provincia, cuyos trenes aumentará en un 40% el número de pasajeros.
Cuando se inauguró la línea en Valencia también se plantearon objetivos ambiciosos que luego toparon con la realidad. Se cifró en 3,6 millones los viajeros previstos, pero en su primer año apenas llegó al 1,9 millones y al año siguiente bajó a los 1,7 millones. Los estudios oficiales pronosticaron que el AVE Valencia-Madrid crearía 136.000 nuevos empleos. Pero el único dato cierto es el incremento del paro. Y en Requena bajan 50 viajeros al día, cuando se presumía que el tren iba a ser el motor económico de la comarca.
Villena corre el riesgo de acabar igual que Requena. La estación de Villena, que ha costado más de 11 millones de euros, está ubicada en medio de la nada y con unas pésimas comunicaciones por carretera. Y en Alicante está por resolver el conflicto entre la capital y los municipios turísticos que exigen que las líneas de autobús regulares tengan parada en la nueva estación.
La puesta de largo del AVE desde Madrid a Alicante este lunes fue descafeinada y destapó dos realidades: la oficial y la indignada. Dentro de la estación un elenco de políticos y empresarios con traje y corbata escucharon y aplaudieron los discursos oficiales. Fuera, medio millar de personas se hacían oír: republicanos, afectados de Bankia, de Afinsa, profesionales de la educación, Stop Desahucios, gente en defensa de los discapacitados, de la sanidad, asociaciones vecinales, en definitiva, un popurrí de toda la indignación social.
Hacía tiempo que no se veía un dispositivo policial semejante: hasta 20 furgonetas de la Policía. Nadie sin acreditación de un medio o con billete de viaje podía acceder, había diez policías en cada puerta. Decenas de personas con banderas republicanas se agolparon en las puertas de la estación fuertemente vigiladas. El ruido de los gritos y las bocinas se colaron en el acto. Durante el discurso del Príncipe sonaron tres petardos.
Al final del acto inaugural se vivieron momentos de tensión. Un coche oficial intentó salir del aparcamiento de la estación para encontrarse con una muralla de personas que sujetaba una pancarta pacíficamente. La policía, sin cargar, comenzó a empujar a la gente, lo que desató momentos de nerviosismo. Entre la confusión del barullo, varios manifestantes lanzaron grava proveniente de un jardín cercano que cayó sobre el coche oficial y un agente policial se lanzó solo a dispersar a la gente hasta el punto de quedarse solo y verse rodeado de manifestantes, que han contestado la agresión golpeando al policía, al que han llegado a romper las gafas. “A él se le rompió la porra de tanto dar”, señalaban varios jóvenes que se acercaban a la prensa a enseñar vídeos de lo ocurrido.
El primer trayecto oficial estuvo exento de alharacas. El príncipe Felipe, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dos de sus ministros, Pastor y Margallo, y una reducida representación de dirigentes de Renfe y Adif. En Albacete paró el tren unos minutos para que subiera María Dolores de Cospedal, y en Villena se sumó a la comitiva, Alberto Fabra, presidente valenciano.
El AVE en cifras
Altercados entre policías y manifestantes en el acto del AVE
La protesta que se ha celebrado este mediodía en las inmediaciones de la estación de trenes de Alicante ha acabado con un altercado entre policías y manifestantes. La tensión que se vivía en la zona ha estallado a la salida de uno de los coches oficiales de un asistente al acto de inauguración del AVE a Alicante. En ese momento, un grupo de manifestantes ha intentado bloquear la calle y cuando la policía ha empujado para apartarlos, entre la confusión, un pqueño grupo de manifestantes ha comenzado a lanzar gravilla contra el vehículo y un agente se ha puesto a dar porrazos.
Ha sido el momento de máxima tensión en una concentración a la que han acudido medio millar de personas, aunque no ha trascendido que haya habido ningún detenido. El agente se ha lanzado en solitario a dispersar a la gente hasta el punto de quedarse solo y verse rodeado de manifestantes, que han contestado la agresión golpeando al policía, al que han llegado a romper las gafas. La confusión era tal que varios agentes de incógnito han sido golpeados por su compañero mientras intentaban ayudarle.
La tensión en la calle iba en aumento mientras en el interior los discursos y la agenda oficial se aceleraba al máximo, hasta el extremo que el AVE de regreso a Madrid previsto para las 14.00 salió a las 13.30. Un amplio despliegue policial ha impedido a los vecinos acercarse a la estación de Renfe. En la calle se oían pitos, trompetas y algún petardo mientras el príncipe Felipe daba su discurso.
Ha sido el único momento de violencia de una manifestación que, por lo demás, ha sido muy correcta por parte de sus asistentes. Más de 500 personas venidas desde distintos puntos de la provincia, de todos los sectores sociales y edades con algo por lo que protestar acudieron a recibir el primer AVE que llegaba a Alicante y a las personalidades que inauguraban la línea: republicanos, afectados de Bankia, miembros de la marcha verde, Stop Desahucios, gente en defensa de los discapacitados, de la sanidad, rodearon la estación de trenes de Alicante progresivamente desde las once de la mañana hasta cortar las avenidas de la Estación y de Salamanca.
Hacía tiempo que no se veía un dispositivo policial así en Alicante: hasta 20 furgonetas de la policía desplazadas al lugar. Nadie sin acreditación de un medio o con billete de viaje podía acceder al interior de una muy protegida estación. Cada puerta estaba escoltada por hasta casi diez policías. La gente se agolpaba fuera al grito de “a por ellos, a por ellos” y “fascistas Borbones, a lo tiburones”. Gente de todos los estratos sociales “se va a acabar la paz social”.
Rajoy esquiva a la alcaldesa imputada de Alicante Sonia Castedo en la inauguración del AVE a Alicante
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se veía que tenía ganas de que el acto oficial de inauguración del AVE a Alicante pasara pronto. Y lo consiguió, terminó media hora antes de lo previsto. Entre las protestas en la calle y la presencia de la alcaldesa, Sonia Castedo, imputada por presunta corrupción en el caso Brugal, el líder del PP intentó cruzarse lo justo con la alcaldesa. La anfitriona del acto quedó diluida en un discreto segundo plano. Lo que no pudo evitar Rajoy fue la foto. La sagaz alcaldesa tras varios intentos echó mano del presidente de Fogueres y de la bellesa del foc para presentarles a Rajoy, que ya se disponía a subir al tren para ir a Madrid. Rajoy saludó a Manuel Jiménez y besó a Beatriz Botella, y Castedo aprovechó la nube de fotógrafos para pedir una foto todos juntos. Y nada más.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sí que tuvo unas palabras con la alcaldesa. Pero Rajoy y Castedo apenas hablaron y se saludaron fríamente al inicio del acto de inauguración del AVE Albacete-Madrid. La alcaldesa buscó en todo momento al líder del PP, pero Rajoy optó por evitarla en la medida de lo posible.
Parecía que estaban jugando al gato y al ratón. A la bajada del AVE, en primera fila se situaron el príncipe Felipe, Rajoy y los ministros de Fomento, Ana Pastor, y de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Y en segunda fila la alcaldesa junto al presidente de las Cortes Valencias, Juan Cotino. El amplio despliegue de seguridad de la Casa Real impidió a los periodistas acercarse, pero las imágenes de las televisiones captaron un primer saludo frío entre Castedo y Rajoy.
En la primera foto sobre el estrado Rajoy y Castedo se situaron en extremos opuestos. Solo hubo discursos del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, Mario Rajoy y el Príncipe. Según fuentes de la alcaldía de Alicante, el protocolo establece que la alcaldesa no intervenga en estos actos. Tampoco lo hizo la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, cuando se inauguró la línea a la capital valenciana. Y en las fotos que envió Presidencia de la Generalitat del acto, la alcaldesa no aparece en ninguna.
Fuente: El País