DENUNCIA DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
Ante las fuertes lluvias de los últimos días, los caudales actuales del Júcar son muy superiores a los habituales. Sin embargo la situación del río aguas abajo de la presa de la Toba estará marcado (una vez pase el temporal) por el caudal soltado desde ella.
El acuerdo alcanzado entre la Junta de Comunidades y la Confederación Hidrográfica del Júcar para obligar a Gas Natural-Uníón FENOSA a soltar (al menos) 300 l/s desde el embalse de La Toba ratifica una situación ilegal. El caudal mínimo a respetar de forma transitoria debería ser de 350 l/s. (el 10% del caudal medio) por imperativo de la Ley de Pesca. El argumento esgrimido por la Junta para excluir del cálculo de las aportaciones totales (y por tanto del caudal medio) cerca de la cuarta parte de la cuenca vertiente al embalse se contradice totalmente con la buena práctica hidrológica y la forma en que habitualmente realizan esos cálculos en las Confederaciones Hidrográficas ¿dónde, si no es al embalse de la Toba, han ido todas las aportaciones de lluvia y nieve caídas estos días en los 100 km2 de cuenca que hay entre el aforo de Juan Romero y la presa de la Toba?
El otro argumento sobre el que se basa este acuerdo, es que, el caudal ecológico, estaba previamente fijado en la concesión en 100 l/s. Esta afirmación se ha demostrado incorrecta como así lo atestigua el ‘Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar’ (publicado en el BOE). Y por tanto para este caso es de aplicación la Ley de Pesca.
En la actualidad existe un incumplimiento generalizado y sistemático de lo dispuesto en la Ley de Pesca sobre caudales mínimos (infracción tipificada, en la misma, como infracción muy grave), sin que la Junta, que es la responsable de su aplicación, esté tomando medidas, por lo que está incurriendo en una responsabilidad por omisión. Destacan como ejemplos más dramáticos en la provincia de Cuenca: ciertos tramos de los ríos Guadiela y Cuervo (conjunto de aprovechamientos de Chincha, Los Tilos, Las Librerías y La Tosca) y Cabriel y Guadazaón (presas de Víllora, Torilejo y Batanejo), pero hay varios más. Se ha solicitado una reunión con el Consejero de Agricultura y Desarrollo Rural para que explique por qué razones se han inhibido de actuar durante 18 años, y por qué lo siguen haciendo en la actualidad.
En el caso del Júcar bajo La Toba, es difícil entender que desde la Junta se incida tanto en los valores ecológicos del embalse de la Toba (una infraestructura artificial) en línea con los intereses de la hidroeléctrica. Y se pase de puntillas sobre las acciones para la conservación de un enclave tan valioso como la laguna de Uña, usada como un embalse más por Gas Natural-Unión FENOSA. El orden de prioridad de conservación debe ser, en primer lugar, el río Júcar y la laguna de Uña, y sólo en segundo término la ‘conservación’ del embalse, que como todos constituye, básicamente, un punto de dispersión de especies invasoras. En ningún caso debe la conservación de niveles determinados en el embalse condicionar las acciones de conservación del río o la laguna.
Finalmente, Ecologistas en Acción solicitará de la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Júcar que considere el tramo situado bajo La Toba como ‘tramo prioritario a efectos de concertación’ en la determinación de caudales ecológicos y por tanto la participación de Ecologistas en Acción como parte interesada en el proceso de determinación del régimen de caudales definitivo. Este régimen de caudales, a diferencia del transitorio al que obliga la Ley de Pesca de Castilla-La Mancha, ha de reflejar la variabilidad temporal a varios niveles, e incluirá en ciertas épocas del año valores sustancialmente más altos que los 350 l/s que se han de imponer actualmente como medida de protección transitoria.
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Vía | ecologistasenaccion.org
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