Ayer tuvo lugar en el Aula Magna del Aulario Altabix en la UMH, la charla”Exposición a compuestos tóxicos (pseudo)persistentes como determinante de salud” a cargo del catedrático en medicina Nicolás Olea, dentro de las Jornadas “Causas y consecuencias de la Crisis Capitalista“.
Ahora que la comunidad científica ha hecho accesible al público más información y de mejor calidad sobre la exposición humana a residuos de compuestos orgánicos persistentes se reaviva la sospecha de que aún queda mucho por conocer en términos de exposición y sus consecuencias sobre la salud.
Nos encontramos, casi a diario, con nuevas publicaciones científicas que advierten sobre la exposición humana a compuestos químicos persistentes y no persistentes, rara vez bioacumulables, que acceden al organismo humano por vías tan distintas como la alimentaría, la aérea o la dérmica, y que provienen de alimentos, agua, suelos, cosméticos y fármacos.
En consecuencia, la nómina de residuos de estos compuestos o de sus metabolitos detectados en sangre, tejidos o fluidos corporales se incrementa al mismo ritmo que nuevas técnicas analíticas se hacen disponibles y nuevos consorcios de investigación interdisciplinar se constituyen. No deja de ser sorprendente la ingenuidad con la que algunos están asimilando la información que se está generando. Prueba de ello es la falta de interés en el abordaje valiente de uno de los asuntos que implica esta abundancia de residuos: el efecto combinado de múltiples compuestos actuando a través de mecanismos comunes.
Esto, que es un hecho bien documentado en los estudios de disrupción endocrina, bien podría ser considerado, aunque tan solo sea bajo el principio de precaución, en cualquier actividad reguladora que trate de disminuir el riesgo inherente a la exposición. Mientras que nuevos trabajos epidemiológicos tratan de establecer asociaciones entre la exposición y sus consecuencias sobre la salud humana no queda más que actuar con cautela, tratando de disminuir la exposición de acuerdo con las recomendaciones del principio de precaución.
Rueda de prensa del Dr. Nicolás Olea previa a la charla:
En internet se ha publicado la misma charla, titulada “Pesticidas, detergentes, plásticos y otras hormonas”, que podéis ver a continuación:
Y las noticias de prensa aparecidas en los medios locales sobre la charla:
En la Universidad Miguel Hernández, organizada por la sección sindical de CC OO, se están celebrando unas jornadas bajo el título ‘Causas y consecuencias de la crisis capitalista’. Ayer intervino Nicolás Olea, que es director de Investigación en el Hospital Clínico San Cecilio de Granada, y del departamento de Radiología y medicina Física de la Universidad de Granada.
Habló sobre la ‘Exposición a compuestos tóxicos (pseudo)persistentes como determinante de salud’, en un momento en el que los colectivos ecologistas han rechazado precisamente el uso del imidacloprid para las fumigaciones del palmeral contra el picudo.
Olea señaló que desde el último siglo y medio se han puesto en el medio ambiente 135.000 sustancias químicas, y que el problema es el «efecto combinado. Pese a que se suele hablar de dosis bajas, la pregunta es saber cuántos productos tengo ya en mi organismo con dosis bajas». Y sobre todo, «cuál es el efecto de varias dosis bajas».
La clave es saber «cuál es la exposición inadvertida para la población general». No hay una información válida del efecto combinado de esos compuestos y como indicó el experto, la gran pregunta que la UE se está haciendo versa sobre «cuál es el efecto combinado de un cóctel de sustancias que tiene diferente origen, pero que luego actúan con un mecanismo único».
Hay exposiciones «inadvertidas» para la población general que pudieran tener un efecto combinado. «Nos interesa el efecto ligado a las hormonas, al equilibrio del tiroides, ovario, testículo», y la sorpresa es que combinaciones bajas «que alguien interpretaría como seguras», no lo son tanto «cuando se juntan con concentraciones bajas de otros compuestos».
Diario “La Verdad”
Expertos alertan de la importancia de las dosis
El director de Investigación en el Hospital Clínico San Cecilio de Granada y profesor del departamento de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, Nicolás Olea, alertó ayer en la UMH de la importancia de las dosis de los compuestos químicos como el Imidacloprid, insecticida que se utilizará en la ciudad contra el picudo rojo. El experto en Toxicología, apuntó que ante cualquier tipo de productos tóxicos “se recomienda evitar la exposición de la población general y la profesionalmente expuesta por los riesgos que suponen”. En este sentido, destacó “que los productos químicos pueden producir daños en los genes, ser perjudiciales para el embarazo o ser tóxicos en general”. a. fAJARDO
Diario “Información”